La primera panadería con el nombre de El Molí Vell fue creada en 1963 por Pere Gallés, quien desde los 16 años comenzó a hacer pan junto a su padre en el pueblo de Castellterçol en Barcelona. Un viejo molino de piedra del pueblo dio nombre a la primera panadería de la franquicia en el número 265 de la calle Muntaner y que marcó el inicio el inicio de la expansión por todo el país de la cadena.
En las panaderías de El Molí Vell el producto estrella es su pan rústico elaborado a mano, con ingredientes naturales, siempre reciente y con una gran cantidad de variedades. En las tiendas se pueden encontrar también dulces de elaboración artesanal, como tarta de hojaldre con manzana, muffins, croissant de mantequilla, magdalenas, buñuelos de viento o magdalenas artesanas. Es también posible degustar de bocadillos con productos naturales como el de jamón ibérico, todos ellos con el pan artesano de la tienda.